Una de las joyas de ClassicMadrid 2025 será uno de los dos Pegaso Z102 que compitieron en el Gran Premio de Mónaco de 1952, ahora recién restaurado por su actual propietario y que ha participado en el último Grand Prix Histórico.
Se trata del chasis 113, que formó parte de la expedición que Wifredo Ricart organizó para el Gran Premio Sport de Mónaco en 1952 (que sustituía al G.P. de Fórmula 1). Fueron preparadas especialmente dos Berlinetas ENASA aligeradas y potenciadas. Pero la premura de tiempo hizo que no se pudieran probar, rodándolas en el viaje por carretera hasta el Principado.
Al llegar, los pilotos descubrieron que ese año era obligatorio el uso de casco (que no tenían), así que compraron unos salacots en una tienda de caza y pesca, recortaron las alas y los pintaron de rojo. Así consiguieron salir a los entrenamientos.
En la pista, los Pegaso mostraron sus debilidades: demasiado pesados, con dirección durísima, frenos desfallecientes y fugas de aceite sobre el escape (que producía una enorme humareda). Además hacía tanto calor dentro del habitáculo, que la pintura de los cascos empezó a derretirse y a chorrear en la cara de los pilotos. Los comisarios, asustados de que fuera sangre, les obligaron a parar…
Ricart y sus hombres, conscientes de la falta de competitividad de sus coches, emprendieron el camino de vuelta a Barcelona el mismo sábado por la noche, sin llegar a disputar la carrera. Así concluyó la primera participación deportiva internacional de Pegaso. Setenta y cinco año más tarde aún se conservan los dos coches inscritos en aquel Gran Premio. Uno está en EE.UU. y, el otro, ha sido recuperado recientemente por un coleccionista español, que volvió con él al circuito urbano de Mónaco en 2024, corriendo en la categoría Sport del último “Grand Prix Historique”. Esta exclusiva e histórica unidad estará presente en ClassicMadrid.