Walter Owen Bentley se lanzó a la construcción de automóviles al terminar la I Guerra Mundial, fundando su propia marca: Bentley Motors Ltd. Presentó su primer chasis en el Salón de Londres de 1919, aunque el motor tardara un par de meses más en llegar. El propulsor de 3 litros y cuatro válvulas por cilindro fue diseñado por el ingeniero militar Clive Gallop y gozaba de unas excelentes prestaciones y de una robustez a toda prueba. El nuevo «Bentley 3 litre» servía tanto para ser carrozado como elegante berlina como para correr con éxito en Brooklands, Tourist Trophy… o Indianápolis. Y fue el inicio de una larga historia de la que ClassicAuto Madrid celebra ahora su centésimo cumpleaños.
W.O. Bentley encontró un excelente socio en el capitán Woolf Barnato, uno de sus deportivos y acaudalados clientes. Desde mediados de la década de los ’20, Barnato dio realce y prestigio internacional a la marca como su nuevo presidente. Además de beneficiarse de la victoria privada de un Bentley -con Duff y Clement al volante- en las 24 Horas de Le Mans de 1924, inició un publicitario programa de competición apoyándose en el selecto grupo de clientes deportivos, apodados «Bentley Boys». Durante los años siguientes, Bentley sería la marca dominadora de la carrera más dura del mundo: Le Mans, con cuatro victorias consecutivas en 1927, 1928, 1929 y 1930. En esa época los «4,5 litre» y «Speed Six» representaban el lujo y la deportividad del automóvil británico.
Tim Birkin desarrolló -incluso- una versión sobrealimentada con compresor, apodado «Blower Bentley» mucho más potente todavía, que se convirtió en un icono de la marca. El propio Barnato logró varias marcas de velocidad muy celebradas en la época, como la carrera contra «Le Train Bleu» que llevaba de Cannes a Calais, llegando antes que él al ferry del Canal.
Sin embargo la «Crisis de 1929», que dio origen a la Gran Depresión, produjo el hundimiento de las ventas y la empresa en pérdidas fue adquirida por Rolls Royce en 1931 (que eliminó de paso a un competidor). A partir de entonces los Bentley pasaron a ser una marca subsidiaria y a compartir mecánica con los Rolls. El slogan elegido para ellos fue «El deportivo silencioso» y ya nunca más volvió a pisar las pistas de carreras.
Al llegar la II Guerra Mundial, Rolls Royce estrenó una nueva fábrica en Crewe para montar los motores Merlin de los aviones Spitfire, lugar donde se asentó en 1946 -al terminar la contienda- la producción de automóviles Bentley. Un nuevo modelo -el Mk VI- fue el primero ofrecido al público carrozado de serie (antes los bastidores eran vestidos por distintos carroceros, principalmente Mulliner). De su sucesor en 1952, el R Type, derivó el modelo más famoso de la posguerra: el Continental, un elegante coupé de altas prestaciones que hacía honor al prestigio deportivo conseguido por la marca en los años ’20.
A final de la década de los ’70, Rolls Royce también entró en dificultades financieras, que fueron salvadas por la nacionalización y, en 1980, por la empresa aeronáutica Vickers. La nueva propietaria de Bentley volvió a darle una identidad propia con el Mulsanne y con las modernas versiones del Continental, Brooklands y Turbo durante década y media más. Pero la fabricación semi-artesanal no era rentable en los ’90 y -finalmente- el Grupo VAG se quedó la marca tras una dura pugna con BMW, que absorbió Rolls Royce.
Desde 2003, sus nuevos dueños alemanes racionalizaron la producción, modernizaron la gama y reverdecieron su palmarés deportivo con una sexta victoria en las 24 Horas de Le Mans. La sede de la marca permanecería en Inglaterra, en Crewe, aunque los nuevos Bentley también nacían en otras factorías del continente. Exclusividad, tecnología, lujo y diseño del siglo XXI se aplicaron a los modernos Mulsanne, Continental GT o Bentayga, multiplicándose las ventas en los últimos años. Y también se recuperó la tradición de los «Bentley Boys» con su equipo de carreras en Gran Turismo, con el Continental GT3.
Bentley, a la hora de su Centenario, es una marca más potente, sólida y rentable que nunca antes en su historia. Y conservando la misma filosofía que W.O.Bentley y W.Barnato le insuflaron en los años ’20 del siglo pasado.